Desgarro de meniscos
Los desgarros de meniscos son lesiones comunes en la rodilla que pueden afectar a personas de todas las edades. Los meniscos son dos estructuras de cartílago ubicadas en la articulación de la rodilla, su función principal es actuar como amortiguadores y estabilizadores de la articulación. Cuando se produce un desgarro en uno de los meniscos, puede causar dolor, hinchazón y limitación en la movilidad de la rodilla.
Este tipo de lesión puede ocurrir debido a una variedad de causas, tanto traumáticas como degenerativas. Algunas de las más comunes incluyen:
Lesiones deportivas: Son frecuentes en deportes que implican movimientos bruscos de la rodilla, como el fútbol, el baloncesto y el tenis.
Lesiones traumáticas: Una lesión directa en la rodilla, como un golpe o una caída, a menudo pueden ocurrir durante accidentes automovilísticos o lesiones en el trabajo.
Degeneración relacionada con la edad: Con el envejecimiento, los meniscos pueden debilitarse y volverse más probables a sufrir desgarros. Suelen ser más comunes en personas mayores de 40 años.
Pueden producir una variedad de síntomas, que pueden variar en intensidad dependiendo de la gravedad de la lesión. Algunas de las molestias más comunes incluyen:
Dolor en la rodilla que puede ser agudo o sordo y generalmente se localiza en la parte lateral o medial de la rodilla.
Inflamación que suele aparecer dentro de las primeras 24 a 48 horas después de la lesión.
Rigidez y dificultad para mover la rodilla
Sensación de chasquido o bloqueo
El tratamiento puede variar según la gravedad de la lesión, la edad del paciente y su nivel de actividad. Algunas de las opciones pueden ser:
-Reposo y medicamentos
-Terapia física
-Inyecciones de corticosteroides
Cirugía, cuando los desgarros de menisco son graves o no responden a tratamientos, puede ser necesario realizar otra cirugía artroscópica. Durante este procedimiento, se utiliza una cámara pequeña y herramientas especializadas para reparar o extirpar la parte dañada del menisco.